Demasiado
calor. Fuimos al super, a hacer las compras, estaba llenísimo de gente, y en
general es una cosa que me estresa, pero me lo tomé con calma y buena onda.
En Punta Fría
paramos a darnos un baño, pero se había levantado una brisa fresca y no
invitaba a baños de mar, así que volvimos a la paz de la chacra.
Pasamos una
noche tranquila, hicimos unos mejillones a la provenzal y bebimos vino blanco y
champagne, para terminar el año como se debe.
Estuvimos
sentados afuera; se escuchaban, a lo lejos, las explosiones de los fuegos
artificiales.
Ah,
saqué una foto de la casa de Ale y Karin.