Me pasé la mañana trabajando. Creí que me iba a desmayar,
de tanto calor que sentí. Pero me viene esa tozudez de burro y no puedo parar
con lo que esté haciendo antes de terminar. Así que me arrastraba de calor pero
seguí y seguí.
Y eso que había dormido mal, creo que tuve una pesadilla
y me desperté a medianoche (02 a.m.) con una fea sensación de inseguridad,
escuché ruidos por todos lados, y me imaginé arañas y bichos horribles que
venían a atacarme. En realidad, antes de irme
a dormir maté dos arañas, no gigantes como las pollito, pero sí eran
tarántulas feas. Odio las arañas, me dan pánico, y una la maté en mi
dormitorio, estaba en la pared arriba de la ventana. Supongo que ella también
estaba con pánico, pero no me da pena.
Cuando terminé de trabajar era casi mediodía, así que no
fui a la playa, me quedé perdiendo tiempo con la compu, porque la conexión
estaba lenta y nada de lo que intenté hacer me salió, salvo contestar correo. Pero
fui a la playa más tarde, con Jota y Martín y Vane y los niños. Demasiado trabajo
ir a la playa con toda esa multitud. Le sugerí a Jota que llenara el jacusi con
agua fría y que lo usáramos de piscina. Es horrible llegar a la playa y llegar de la
playa. Me molesta la arena (estoy notoriamente insoportable), me molesta cargar
con sillas y sombrillas y bolsos con botellas de agua para la sed, cámara de
fotos por mi obsesión, teléfono por las dudas, pareo por si me quiero ir y
estoy mojada, filtros para el sol, lentes, libro porque lo más seguro es que me
aburra, aunque me resulta muy difícil concentrarme en la lectura cuando estoy
en la playa, y encima cargar arena siempre
al volver al auto. El pobrecito fusca
está enarenado.