Madrugamos otra vez. Bueno, nos levantamos ocho y media, y
nueve y media estábamos saliendo para la playa, después de tomar un rico jugo
de naranja, té y galletas con queso.
La playa espectacular, esta vez fuimos hacia Portezuelo.
Bajamos cerca de Tío Tom. Llevamos a Aratí, ya que las playas de Portezuelo
están llenas de perros. Me molestan los perros en las playas, pero para que me
molesten los perros de los demás prefiero que me moleste la mía, y además hace
ejercicio. Corrió un montón, se bañó, jugó con niños. Me di siete baños, el
agua estaba helada pero hacía muchísimo calor. Volvimos a almorzar, a la hora
en que las playas se llenan de gente.
De tarde, después de la hora más caliente me puse a arrastrar
ramas. Quedó lindo, se ve desde lejos. Creo que en dos días más termino con
todas las ramas que están tiradas por ahí y puedo dedicarme a otra cosa.
Me escribió Grata, me dijo que capaz que no viene. Me da
mucha pena que no venga, tenía planes de días de playa y charlas. Le dije que
si va a estar solamente a Montevideo, me voy unos días para allá, para verla.
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