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La estructura del proyecto se basa en la idea de la autobiografía. Un archivo de eventos fugaces y efímeros, actos cotidianos, relaciones que se forman a partir de fotografías y textos. El individuo necesita el reconocimiento de su diferencia frente a la intención masificadora de la sociedad contemporánea, y es conciente de su existencia a partir de la relación con su entorno, con la comunidad de la que forma parte. La interioridad, la privacidad y la intimidad se exponen en el espacio de lo público. El autorretrato se forma a partir de mi relación con el otro, partiendo de la base de que mi identidad se construye interactuando con ese otro y con la esfera de lo social. La obra, siempre en proceso, se convierte en un work in progress, en una obra abierta e inacabada, que se continuará creando con la acumulación de registros y comentarios de los distintos sujetos de las comunidades de Internet.

martes, 29 de enero de 2013

23 de enero 2013, miércoles.



Nos levantamos temprano, desayunamos y nos fuimos a la playa. Salimos rumbo a Punta Negra. Desde que vimos el mar se notaba que estaba muy revuelto, así que pasamos Punta Negra, la bahía, y en Punta Colorada paramos frente a las rocas que miran al oeste. El agua, ahí, se veía transparente. Nos bajamos, con sombrilla, sillas, etc. Me metí en el agua –helada- y caminé haica adentro. Estaba lleno de aguavivas, una al lado de otra flotaban dejándose llevar por la corriente, y los hilos venenosos flotaban y seguían sus movimientos. Cuando el agua me llegó a la cintura me sumergí, con un poco de pánico por las gelatinas traicioneras. Pese a todo, fue un baño espectacular. Ese hielo recorriendo el cuerpo. Al rato llegó una familia que vemos todos los años. Los padres más viejos, las nenas más grandes. Y el perro. Un Labrador. Se metió en el agua y empezó a mordisquear las aguavivas, las mordía y salía rascándose entre quejidos, se revolcaba en la arena, y volvía a entrar, volvía a morderlas, a llorar, y así pasó un buen, buen rato. El agua quedó revuelta, como si nunca hubiera estado clara. Al rato me bañé otra vez, en un agua no tan fría pero revuelta y volvimos a la chacra.
Elsita nos convidó con tortas fritas, mmmmm… Nos fuimos a dormir temprano, y sin cenar.








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