Fuimos a ver Hanna Ardent con Cori. Me
encantó la peli, aunque no sé si Heidegger fue pro nazi, así tan radicalmente
como lo propone la película. Escuché
alguna crítica que lamentaba que no ahondaran más en el concepto de “la banalidad del mal”, como si en una
película se pudiera hacer un extenso tratado de filosofía. Así y todo me
pareció que profundizaba en los conceptos –más de lo que yo esperaba, por lo
menos.
Comimos una rica pizza y tomamos una cerveza
en un boliche a la vuelta del cine.
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