Salió el sol y el día fue espléndido. Caminamos. Fuimos
hasta un arroyo que bajaba con fuerza –recogía toda la lluvia del día anterior,
claro. Caminar al sol nos acaloró. Cuando llegamos al arroyo algunos se mojaron
los pies, la cara, Vero y yo nos metimos en el agua helada. Un baño rápido, no
se aguantaba mucho. Volvimos a la casa, los conocedores hicieron un asado.
Comimos, dormimos al sol, preparamos todo para cuando llegara la camioneta que
nos iba a llevar de nuevo a Montevideo.
Desde lo alto de la sierra mirar al cielo y ver la luna
en cuarto creciente con Venus enfrentando el cuerno inferior fue un regalo de
despedida. Después nos enteramos que el fenómeno estaba anunciado. Sucede cada
10 años. Volví a ponerle la fecha a la cámara -hace un tiempo que había desaparecido- y quedó mal, salieron todas las fotografías con la fecha mal. :p
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