Salimos a navegar. Las algas están insoportables.
Se enredan en la orsa, en el timón, en la hélice. Creo que no salgo más. Además
no hay casi viento. Navegar a vela, sin viento y con algas es muy aburrido.
Cenamos en la casa de Enrique, cordero a las brasas
preparado de distintas formas. Todo muy rico. Antes de llegar al camino de la laguna, pude
ver la luna más linda que vi en mi vida. Un círculo naranja amarillento enorme,
la base rozando el perfil de la península. Bello. Muy bello.
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