Volvieron Ale y Karin, junto con el Cherni y Cacho.
A Sofi la fuimos a buscar a la casa de Marcelo en
Punta del Este, y decidimos salir para Montevideo el domingo temprano. Me dejé
la memoria de la cámara olvidada en la compu, y no hice ningún registro.
De noche Ale
hizo un asado, escuchamos los cuentos divertidos de esos días que pasaron los
cuatro acampando por los cerros de Minas, recogiendo semillas de flora indígena.
(La luna sigue saliendo grande y amarillenta, y
sigue estando bella; ya está menguando).
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