Otro día de calor aunque no tan agobiante como
el anterior. Ju y yo fuimos a la playa, a eso de las dos de la tarde. Otra mala
hora para estar al sol, pero usamos mucho filtro y estuvimos todo el tiempo
bajo la sombrilla. El mar era más fuerte que el de ayer, me gusta esa fuerza brutal
que tiene le mar en Punta Negra. Potencia.
La ola que revienta en la orilla, que arrastra todo lo que se le pone adelante.
Si no te parás con firmeza, y en un lugar donde no te golpee con toda la
fuerza, te arrastra por la arena. Todo se llena de espuma, También me gustan
las tormentas, pero me gusta verlas en
el campo, o cerca del mar.
“Toda pregnancia de uno mismo se gesta en el relacionamiento con el otro.” J.L. Brea
Datos personales

- Teresa Puppo
- La estructura del proyecto se basa en la idea de la autobiografía. Un archivo de eventos fugaces y efímeros, actos cotidianos, relaciones que se forman a partir de fotografías y textos. El individuo necesita el reconocimiento de su diferencia frente a la intención masificadora de la sociedad contemporánea, y es conciente de su existencia a partir de la relación con su entorno, con la comunidad de la que forma parte. La interioridad, la privacidad y la intimidad se exponen en el espacio de lo público. El autorretrato se forma a partir de mi relación con el otro, partiendo de la base de que mi identidad se construye interactuando con ese otro y con la esfera de lo social. La obra, siempre en proceso, se convierte en un work in progress, en una obra abierta e inacabada, que se continuará creando con la acumulación de registros y comentarios de los distintos sujetos de las comunidades de Internet.
lunes, 30 de diciembre de 2013
27 de diciembre de 2013, viernes.
Fue el cumple
de mi madre. Fuimos a verla de tarde, estuvimos con Sofi y Wolle, y Bastian.
Después
fuimos hasta Manantiales, a una inauguración de Ernesto Vila en Galería del
Paseo. En la Barra de Maldonado ya se forman colas de autos. En pleno verano se
pone imposible.
26 de diciembre de 2013, jueves.
Fuimos a la playa con Karin, el calor que hizo
fue brutal. Había 37°, mucho calor, demasiado calor. Al mediodía no podíamos aguantar
el calor y aunque era pleno mediodía nos fuimos a la playa. El agua
se veía a lo lejos, entre las dunas, clara, transparente, se sabía fresca
mientras los pies se nos achicharraban en la arena. Llegamos a la orilla con
los pies calcinados y el alma esperanzada. Placer; pies en el agua helada,
internarse en el mar entre las olas gigantes, dejarse llevar. Un frío intenso
de agua salada. Sumergirse, sentir que el frio refresca cada centímetro de
piel. Nuca, frente, mejillas, párpados; cabeza helada.
A nuestro
lado, había una única sombrilla con un hombre solo. Nos saludó cuando se fue.
De tardecita
fuimos al cumple de Cleo. Llovió. Muy poco. Refrescó apenas.
jueves, 26 de diciembre de 2013
25 de diciembre de 2013, miércoles. Cuarto Menguante.
Navidad. Mucho
calor, mucho calor, mucho calor. Me levanté y no encontré los lentes, no puedo
leer. Con la compu no tengo problema, le agrando la letra y ya está. Así que me
puse a lavar los vidrios de la casita; supongo que en un intento inútil de ver
más claro. Pero quedaron bien.
Hablé con
Daniela; los lentes quedaron en su casa. Le dije que un día de estos voy hasta
Punta del Este y paso a buscarlos.
De tarde
fuimos a la playa. Estaba muy bien la tarde, el agua, el aire. Había
pescadores, uno había sacado un lenguado enorme. Cuando pescan lenguado van
caminando por la orilla, tienen pejerreyes de carnada. Tiran y sacan, tiran y
sacan. El lenguado era enorme, debía pesar más de seis kilos. Sus ojos juntos.
Me da algo de pena mirar los ojos de un lenguado. ¿Condición humana, eso de ver
algo que parece un defecto y que de pena? Capaz que solo condición de Teresa.
24 de diciembre de 2013, martes.
Jota pasó por
casa, me dijo que se iba a Maldonado a llevar a Christian. Que iba a la playa,
que volvía él solo manejando. Le dije que lo acompañaba, cómo lo voy a dejar ir
solo si no puede manejar. Las piernas no tienen fuerza, tiene los músculos
atrofiados –por la diabetes- los músculos de todo el cuerpo. Hasta hablar le
cuesta. Quería ir a la playa. Resulta que no era verdad que se iba a ir solo –siempre
le creo. Carmen y María iban a ir con él. Al final, nosotros llevamos a Christian a Maldonado, dejamos a
Karin en el sanatorio Mautone, pasamos a darle un beso al bebeio, nos
encontramos con Elena y nos dimos un buen chapuzón en el muelle –nuevo- de
Mailhos, zambullida, agua más que helada; y pasamos a darle un beso a mi madre.
Le trajimos una valija llena de cosas a la casa de la chacra. A la hora del
almuerzo, tomamos gazpacho helado. Fui a Piriápolis a ver si encontraba
nuevamente el canto de las sirenas pero no. El viento no era suficiente,
supongo. O las sirenas se fueron a alta mar.
Nochebuena y
cumpleaños en la casa de Marcelo. Increíble;
no llevé la cámara. La dejé en el bolso de playa –tampoco saqué fotos en la
playa. Por algo habrá sido, mi otro-yo interior funciona a la perfección,
siempre de acuerdo con mí-misma. Mi teléfono no saca fotos buenas, así que no
hice ningún registro y chau. Fue como siempre; mesa enorme con tablas de fiambres
y cantidad de comida. Como todos llevamos comida, y plato especialmente
pensados como exquisitos; se arman mesas
pantagruélicas, todo es demasiado. Ver tanta comida me saca las ganas de comer;
no sé qué elegir y como no puedo probar todo al final no como.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)