Pasamos el
día en la chacra. Aunque apenas llegamos, nos cambiamos y fuimos a la playa un
rato, a Punta Negra. El agua estaba maravillosa, nos pasamos un buen rato
sumergidos.
La gata de Ale, Violeta, tuvo gatitos. Tiene cuatro. La perra de Ale, Butiá, juega con Violeta como si fuera otro perro. Son muy graciosos.
Después, cuando volvimos de la playa, nos duchamos y nos vestimos de cumpleaños y fuimos a lo de Jota, al asado
por su cumple; interesante, pero demasiado caluroso. Fue un día de mucho calor.
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